
«He recorrido gran parte de América y he conocido mucha gente linda en distintos lugares», comentó Alvarado. No es la primera vez que recorre el continente, ya en el año 1977, antes del mundial que se jugó en nuestro país, y en la Copa América Uruguay 1995 se dio el gusto de pasear por distintos países. Esta vez lo hizo con su limousine, toda una atracción para los curiosos locales y turistas que se acercan a la Estancia Jesuítica, se trata de un Lincoln ploteado en USA con imágenes del Maracaná, el Cristo Redentor y la Virgen de Guadalupe, además de un jugador de cada selección participante y algunas leyendas del fútbol ecuatoriano. En su interior, sillones tapizados de cuero y bar para servirse tragos: «Vine hasta Villa María, donde me recibió una familia amiga y de acá ire a Mendoza, luego Chile y desde allí a mi Ecuador, donde hace tiempo ya no voy». Su vehículo, de 8 cilindradas y necesitado de 4 a 5 litros cada 10 kilómetros, cambiará de dueño al finalizar este periplo: «Lo vendo por 60 mil dólares, pero no ahora, todavía me falta para llegar a Ecuador», comentó «Pepín».
Desde la Estancia, Alvarado pasará a visitar el Museo del «Che» Guevara, a quien dijo admirar profundamente, y luego seguirá su marcha.
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