
«Yo estaciono siempre en la esquina de una farmacia conocida de la ciudad, en Olmos y Belgrano. Bajé y me fui al banco como siempre porque era mi parada de discapacitado que siempre habitúo a usar. Cuando vuelvo me encuentro con que tengo una multa, y el inspector me dijo que habían cambiado las paradas y que ya no estaba el cartel. ¿No podrían haber avisado?», comentó Carabajal.
Según el relato del vecino, fue a reclamar al municipio y obtuvo un cambio de multa por amonestación, lo que tampoco lo conformó: «luego de realizado mi descargo me advirtieron, de todas formas creo que debieron haberlo comunicado mejor en los medios. Otra política desacertada es que de dos estacionamientos para discapacitados lo redujeron a uno», concluyó.
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