«En Alta Gracia NO es obligatorio abonarle a los cuidacoches porque NO hay legislación alguna al respecto. El pago es a voluntad». Si, a esto lo hemos informado en más de una oportunidad, sucede que en la práctica muchos dan por sentado que es todo lo contrario.
Por estas horas, los naranjitas vuelven a ser noticia y por la misma polémica de siempre: exigir un pago vecino o turista. No es la primera vez que sucede y las quejas sobre el monto que los cuidacoches exigen en Alta Gracia tienen vieja data. Resulta que como «no están comprendidos bajo el marco legal» y no hay control al respecto, se sienten con la libertad tomar ese «pago a voluntad» a su libre interpretación. O al menos así parece.
Sucede que esa vestimenta sigue hoy sin estar acompañada de una ordenanza de fijación de tarifas y espacios de trabajo. Y a esta altura, claro está, la necesidad de que exista y se defina una modalidad de trabajo es una urgencia. ¿Por qué tanta demora?.
El inicio del fin para estos trabajadores comenzó en diciembre de 2011, cuando el Concejo Deliberante de aquel entonces echó por tierra la ordenanza que regulaba el estacionamiento medido en la ciudad. A través de esta, los naranjitas le compraban al municipio los tickets y se quedaban con el 50 por ciento de lo que cobran en las cuadras que se les asignaban. Con esta decisión, unos cuarenta trabajadores quedaron a “la buena de dios” sin ningún vínculo formal con el Municipio, lo que derivó en que trabajaran a doble voluntad (la de ellos y la de la gente que quiera colaborar para que les cuiden su vehículo). ¿La razón de esa derogación?, la queja de los comerciantes. Los mismos que se negaron a la prohibición de estacionar en el centro.
La amenaza del parquímetro
Cuatro años más tarde, un fuerte rumor comenzó a circular por los pasillos del Concejo: la posibilidad de colocar parquímetros en las arteria principales de la ciudad. Versión que dejó tambaleando a los informales cuidadores de vehículos, quienes reconocieron que nunca se les había informado al respecto: “Es un rumor que está dando vueltas y ya suena fuerte. Si es así, tendremos que llegar a algún acuerdo, porque somos unas 52 personas las que estamos cuidando autos en las calles de la ciudad, y todos dependen de esta actividad”, habían expresado en aquel entonces los naranjitas.
Afortunadamente, para bien de estos, solo fue eso, un rumor y allí quedó.
La App que nunca llegó
En 2017, Roberto Urreta, siendo Secretario General del Municipio, anticipó que llegarían aires de cambio respecto al estacionamiento, a modo de facilitar la convivencia con los ya ilegalizados naranjitas. La supuesta solución era el estacionamiento medido, a través de una aplicación, tal y como funciona actualmente en la ciudad de Córdoba.
Lo que se pretendía era capacitar a los naranjitas para poder manejar la tecnología y realizar el cobro. Pero esto tampoco se concretó y, en diálogo con RESUMEN, Urreta argumentó lo siguiente: “Es un cambio bastante importante. Estuve recorriendo otras ciudades como Venado Tuerto por ejemplo, donde hay personas cobrando el estacionamiento, unos 30 pesos creo la hora. En Córdoba, en cambio o Villa María, la gente carga el estacionamiento con una aplicación del celular sin la intermediación de naranjitas. Entonces en ese caso o la empresa los toma como empleados o los tiene que tomar el municipio. Generalmente estos sistemas mixtos no funcionan, así que hay que definir si ponemos gente capacitada a cobrar en las calles o si se hace a través de una App”, señaló el actual concejal. Pero, entonces, ¿Por qué no se define?: “Porque estamos una época de situación económica complicada y cobrar estacionamiento en el centro, es un tema que hay que reflexionarlo bastante”, respondió Urreta.
Imagen iluistrativa
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