Desde un robo a mano armada hasta un simple arrebato en la vía pública. Todo forma parte de lo que tristemente acontece desde hace un tiempo en Alta Gracia; la cual si bien puede enamorarte por su belleza y encanto natural -como lo describe el slogan de gobierno- también te «atemoriza» por la cantidad de hechos de inseguridad.
Lo que ocurrió durante la madrugada del martes fue el claro ejemplo que algo no se está haciendo bien. Entre la 1 y las 2:30 de la madrugada, dos comercios de la zona céntrica fueron el blanco de delincuentes que con total impunidad, arrasaron con todo lo que encontraron a su paso.
Por un lado, Kiosco Milka. Una de las esquinas mas transitadas- y de mayor concentración de personas- de la ciudad. Allí, un sujeto con la descubierta violentó la reja de ingreso y fue directamente por el stock de cigarrillos; una pérdida millonaria para este comercio familiar. También se llevó todo el dinero de la recaudación del día y, cuando se fue, el delincuente «manoteó unos dulces y se llevó dos bebidas energizantes de la heladera». Alguien lo esperaba, la policía fue tras una camioneta pero por calle Zabala Ortíz les perdieron el rastro.
Minutos mas tarde, el blanco sería la aseguradora «Seguros Generales», Brasil y Paraguay. Como en el robo anterior, «como si nada», los delincuentes rompieron la puerta principal e ingresaron al local. Se llevaron algunos elementos de informática, computadoras, dos monopatines y una importante cantidad de documentos. Se presume que fueron tras un dinero que no había y terminaron llevándose lo que pudieron. Un ataque, claramente, no tan planeado como el anterior.
Pero, sólo en lo en lo que va del mes marzo hubo al menos siete robos importantes en Alta Gracia. Y, en lo que va del año unos 22. Cabe mencionar que la data es sólo de lo ocurrido en esta ciudad y no comprende al Departamento Santa María en su totalidad, en donde también los delincuentes han venido causando estragos.
El pasado 8 de marzo, Liliana, una trabajadora gastronómica, contaba al borde del llanto cómo delincuentes le habían destrozado y robado todo lo que tenía en su puesto de panchos y choripán en ruta 5; justo frente a barrio Lalahenes. Una pérdida irreparable para una comerciante que la lucha a diario en uno de los ingresos a la ciudad con casi nula iluminación y poco patrullaje policial.
Solo horas más tarde y a plena luz del día, en una persecución de película la policía atrapaba por barrio Cámara a un sujeto que había cometido varios arrebatos en la vía pública. El hombre delinquia acompañado de su hija de cinco años, aberrante.
Desde la Departamental lo describieron como un operativo «perfecto» en donde no hubo «ni un solo disparo». Así mismo, un vecino envío fotografías a este medio mostrando como había quedado la luneta de su automóvil, el cual había quedado en medio de la corrida; y hubo otros que también hablaron de «tiroteo».
Así mismo, por esos días también hubo una casa desvalijada y varios intentos de robo frustrados en Villa Camiares. Razón por la cual los vecinos se unieron y hasta pidieron la intervención del Municipio. En Crucero Sud la situación es similar y en los últimos días un vecino fue tras el delincuente que salía del patio de su casa y de milagro no ocurrió una tragedia, ya que lo siguió hasta la ruta en donde se topó con una peregrinación de caballos sueltos. Otro tema no menor, en fin…
Pero, en un lapso más amplio, en el mes de enero un joven fue asaltado y golpeado por una pareja a metros de un conocido boliche de la ciudad; delicuentes destrozaron las alarmas y desvalijaron por cuarta vez a una familia de barrio Parque del Virrey y, en un golpe comando, la familia Colocchini era víctima de un asalto a mano armada. Hecho que en las últimas semanas terminó con la detención de 9 personas.
Las cifras son alarmantes. De febrero se destaca el robo millonario a la casa del Dr Adam y el ocurrido en una vivienda de calle Ferrer Moratel; en donde los delincuentes se llevaron alrededor de 500 mil pesos en objetos.
El 20 del mismo mes, una fábrica de artesanías de Villa Oviedo era atacada por segunda vez en menos de 48 horas. La pérdida fue tal que los propietarios debieron parar la producción.
En fin, los datos son concretos y asustan. Así mismo, lo que causa más temor es el eterno silencio policial que hay sobre situaciones que ya no pueden esconderse debajo de la alfombra. ¿Por qué no se habla de la inseguridad?, es la gran pregunta.
Por otro lado, es preciso reconocer que este flagelo no es propio ni «exclusivo» de Alta Gracia sino que forma parte y refleja lo que ocurre a nivel provincial y hasta nacional. Sin embargo, preocupa vivir en una ciudad que durante años se caracterizó por su tranquilidad y seguridad- comparada con otras del interior- y que hoy- y en ese sentido- poco difiere del gran Córdoba.
Comentarios: