Hoy, hace 53 años atrás, sucedía uno de los acontecimientos históricos y laborales más importantes de Córdoba y el país. Corría el año 1969 y trabajadores de los sindicatos más grandes, SMATA, Luz y Fuerza, y UTA, se levantaron en protesta contra la dictadura de Onganía autodenominada “Revolución Argentina”, iniciada en 1966. Estas manifestaciones trajeron consigo una enorme persecución y violencia no sólo a trabajadores, sino a estudiantes que se sumaron a la causa. En su memoria, Todo Pasa dialogó con Héctor Tosco, hijo de Agustín Tosco, quien habló sobre sus recuerdos e impresiones de ese momento de su vida, donde su padre luchó y perdió la vida por ello.
“Me enorgullece ser parecido a mi papá. Tengo 58 años, tenía casi 6 años cuando sucedió el Cordobazo, pero recuerdo cosas importantes de ese entonces. El contexto era radicalmente distinto al actual, no había teléfono ni nada. A mi papá lo encerraron en distintos penales y con mi mamá lo íbamos a visitar. Siempre tuve presente la actividad de mi viejo y cotidianamente recibía reconocimiento en la escuela y de compañeros de mi papá. Mi viejo falleció en el 75 y me escribió una carta en junio. Mi papá nos quería ver y mi mamá decidió que no, por la persecución que había implementado el interventor que había en Córdoba. Lo habían asesinado a Atilio López, y también habían asesinado a toda la familia Pujadas, con fuerzas paramilitares, que se movían de forma oculta. Es lo que les tocó enfrentar a esa generación”, relató Héctor. El hijo de Agustín Tosco expresó que una de las cosas que rescata de esos compañeros es que tenían clara su misión. “Hoy la Argentina no sería lo que es si esa generación no hubiera existido ni sido asesinada”.
La historia argentina es recurrente, y si bien tiene ciertos matices, cada 10 o 15 años entramos en crisis, analizó Tosco. “En 1966 entramos en crisis con Onganía y usaron la represión. Los años previos al Cordobazo hubo varias manifestaciones, de trabajadores principalmente, donde asesinaban a los representantes sindicales. En ese marco de violencia, llega el Cordobazo. No sólo los trabajadores se manifestaron, sino también los estudiantes. Lo que queda como recuerdo es que las fuerzas represivas tuvieron que salir de la ciudad, hasta que trajeron al Ejército. Esto desencadenó la caída del gobierno de Onganía, Caballero. Estos militares hablaban de subversivos y en realidad la demostración de la subversión fueron ellos mismos. Si lo viera a mi viejo, diría que él y sus compañeros son un faro para nosotros que no se va a borrar nunca. Sé que Agustín, Elpidio y Atilio han dejado sus huellas, y a partir de ellos les trasladamos esas ideas a los jóvenes”, concluyó Héctor.
Foto agradecimiento: La Tinta.
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