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La salud, un derecho constitucional con amparos y desamparos

Desde que existe el fraccionamiento de la atención en los diversos sectores en que la salud es brindada como “sistema” en nuestro país. Seguimos sin definir COMO ABORDAMOS LA CONSERVACIÓN DE LA SALUD DE LOS CIUDADANOS. El problema sigue siendo absolutamente POLÍTICO y no técnico ni sanitario, no se trata de que no se sabe qué hacer, sino que no se puede hacer, por la oposición de los diferentes sectores implicados. “Un sistema de salud no es bueno por lo que gasta ni por quien lo gasta, sino por los resultados de salud que logra”. (G González García y Federico Tobar (Salud para los Argentinos) Sin embargo, el derecho a la salud, en este país, tiene sus limitaciones y estas suelen ser cruciales a la hora de solucionar problemas de salud, que importan el presente y el futuro de un ser humano, sobre todo cuando debe afrontar situaciones no previstas. La pandemia a puesto a prueba al laberintico sistema de salud. La necesidad imperiosa de poner al sistema en “condiciones” de afrontar una demanda supuestamente catastrófica, ha obligado al Estado a recurrir a una reclusión apresurada de los ciudadanos, bajo el lema “quédate en casa” mientras nos preparamos para lo peor. 

La inexistencia de una directriz única del sistema sanitario (que sin duda no es un comité de expertos para la crisis) es en parte la responsable de los resultados sanitarios. Afrontamos una situación de excepción, que nos saca de los parámetros habituales y esto ha puesto en evidencia la falta de solidez del sistema de salud. No hay más experto en conocimiento de la situación sanitaria, que los responsables de la dirección de los hospitales y demás efectores de salud. Esto es los RRHH de las bases sanitarias. Alguien los consulta? Hasta ahora no conozco que se reúna a estos expertos de la realidad sanitaria diaria. Conoce más la realidad de la salud de su zona un dispensario que el Ministro de Salud de la Nación, que no sabe si este existe. Argentina debería definir qué clase de sistema de salud, quiere tener y que limitaciones debería, o no tener este sistema”. En términos más simples, “que salud queremos para nuestros ciudadanos”. Que entendemos por “calidad” de atención médica, eficiencia y eficacia en la utilización de los recursos humanos y técnicos, brindándole lo mejor de la experiencia y tecnología médica para subsanar su problema, o rehabilitar sus secuelas? No me voy a referir al sistema público, que sin duda llevaría varios días o semanas de debates, gremiales, económicos de idóneos en la materia, que buscarían (y seguro encontrarían) justificaciones banales, que son de conocimiento general. En el resto de los sistemas privados, de obras sociales gremiales y demás organizaciones, que participan del sistema de salud, todo se remite al sistema de financiamiento, que rige los destinos de las prestaciones médicas, obligadas o no por el Estado en la actualidad.

Desde las bases de las prestaciones (los profesionales), hasta las organizaciones gremiales y empresas privadas, lo importante no es la salud de los ciudadanos, sino que los balances cierren con las correspondientes ganancias esperadas. Parece un crudo análisis, pero en el fondo es la cruda realidad. Cuál es la “medicina” a la que tenemos derecho a recibir? La que el poder económico decide que puede gastar? Esto es equidad? A esto se le pueden llamar derechos? La calidad de vida de un paciente depende exclusivamente de la resolución de estos cuestionamientos, que por supuesto no son ninguna novedad. Cuánto vale la conservación de la vida en salud? Una cápita, que mide el gasto posible ? Un presupuesto de una organización, el costo de la burocracia (enorme) que todas las organizaciones llevan adelante y que nunca mejora, toneladas de papeles, y autorizaciones, que retrasan tratamientos cruciales que definen la vida o la muerte de una persona? 

¿QUÉ MEDICINA QUEREMOS PARA NUESTROS CIUDADANOS? 

Definirla y llevarla a cabo, sería un avance serio en esta materia. Seguramente los cambios, traen consigo, “temor e incertidumbre” pero “Nada es permanente más que el cambio” (Heráclito). Para finalizar concuerdo absolutamente con el Prof. Dr. Ramón Carrillo (1906-1956) fundador del sanitarismo en la Argentina: “Los problemas de la Medicina como rama del Estado, no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría.”

Dr. José Luis Cabrera – Medico, Docente. Vocal Titular del Partido Laborista Argentina.

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