
Se viralizaron en estas horas unas imágenes de las paredes pintadas con frases contra el cuerpo docente del Ipet 118 Juana Azurduy, de Anisacate. Eso se habría dado luego que una alumna ingresara el viernes pasado en el interior de colegio con el pañuelo verde, emblema de la campaña para la Legalización del Aborto. En un primer momento, las autoridades del colegio quisieron prohibir el uso del elemento. De ese, como de otros que tuvieran la misma carga política. Luego que se acercara el padre de la menor y de un llamado entre autoridades e inspección educativa de nivel secundario, quedó asentado, según trascendió, que no se podía prohibir el uso de los pañuelos en el establecimiento; ni verdes, ni celestes, en cuanto sólo serían una forma de expresarse libre de los chicos.
Mientras se daban estas discusiones en el establecimiento, entre la comunidad estudiantil llegó el alboroto que derivó en una acción vandálica y cuanto menos infantil: el colegio apareció con pintadas que aludían a la actitud de algunos docentes en contra de una supuesta libertad de expresión.
Como a menudo pasa, y según nos contaron fuentes cercanas al colegio, luego de las pintadas llegó el arrepentimiento y se abrió otro canal de diálogo. «Lo que queda de esta experiencia, más allá del escrache, es que falta diálogo entre cuerpo docente y comunidad estudiantil. Hay cuestiones que tienen que ser tratadas, porque como docentes no tenemos que convencer de nada a nadie, pero sí dar herramientas. Prohibir no es la solución y pintar la escuela que es de todos, menos», asegura una docente de la institución.