En innumerables oportunidades se habló de la nueva Ley de Salud Mental; la cual prioriza la reinserción del paciente psiquiátrico a la sociedad por sobre la internación permanente. Sin embargo, si quienes tienen la obligación de cuidar que ese reintegro sea armonioso y sobre todo saludable para la persona (y para la sociedad en sí) no cumplen con las responsabilidades básicas para que eso suceda, el resultado no es otro mas que la dejadez y el abandono.
Es el caso de Francisco Rolón, este vecino de Villa del Prado cuyo paradero se desconoce desde hace ya una semana. «El indio», como lo conocen en la zona, se fue una vez mas de la casa en que reside y solo por una razón: la falta de su medicación. Algo elemental para su tratamiento y salud mental.
La vida de Francisco se resume en Hospitales, la calle y la casa de una familia de Villa del Prado a quienes considera su familia- aunque no tengan lazo sanguíneo- pero quienes lo han adoptado como un integrante mas. Es oriundo de Santa Fe y poco se conoce de su familia biológica; lo cierto es que radica en la Comuna vecina desde hace mas de 20 años y su situación fue siempre la misma; la de una persona desprotegida por el Estado que tiene la suerte de tener «un ángel que lo cuida». (Nota relacionada)
Hace poco volvieron a llevarlo desde el neuropsiquiátrico de Santa María de Punilla a la casa de Villa del Prado. Y es que se trata de una persona totalmente pasiva que hace una vida normal siempre y cuanto siga a rajatabla su tratamiento. Cuando esto no sucede, se desorienta y ya no sabe su nombre ni el de sus cercanos. Así lo explica la familia que lo acoje y sus vecinos, quienes lo describen como alguien «tranquilo, educado y amable».
¿Por qué no lo cuidan?
Se supo que Francisco fue a buscar su medicación a la Comuna de Villa del Prado, cuya área de salud y asistencia social hace la gestión pertinente, pero la respuesta fue que la misma aún no había llegado. Le habrían solicitado que regresara el día lunes y claro, ya era tarde para una persona cuyo cerebro responde y depende de esas pastillas. Lo que pasaría sería lo que terminó sucediendo, en la abstinencia, Francisco salió de la casa y ya no regresó.
Pero los antecedentes son muchos y siempre los mismos. En esta oportunidad intervino la Justicia y la Departamental está abocada a su búsqueda precisamente porque hay denuncia. Pero, en otros casos al hombre se lo veía desorientado y en total estado de abandono y la respuesta era que «no podían actuar» porque «no había cometido un delito».
¿Dónde está Francisco?, no se sabe y la pesquisa se amplió a Córdoba capital. Lo que si está claro es que una vez mas esto se pudo haber evitado.








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