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Grave denuncia de maltrato hacia una abuela: «Aunque esto me cueste el trabajo no me arrepiento de haberlo hecho»

Alejandra es enfermera y trabaja para Lenava. SA, una reconocida empresa de atención médica domiciliaria provincial que contrata PAMI, como otras tantas obras sociales. A través de la misma conoció a Teresa, una abuela de 85 años recientemente intervenida quirúrgicamente de cadera y, en paralelo, a su hijo Carlos que vive con ella en Av del Libertador.
En las ultimas horas, la joven realizó una denuncia pública y penal, en la que describe al hijo de su paciente como un «demente» que agrede física y verbalmente a la octogenaria. «Yo no voy a ser cómplice de este maltrato», dice parte del posteo en el que adjunta imágenes del rostro de la abuela golpeado.
En diálogo con RESUMEN, Alejandra, quien en la tarde de ayer y harta de la situación, reportó el caso y pidió intervención de la Justicia. «Yo cuido a Teresa cuatro horas por la mañana y por la tarde está otra enfermera a cargo. Cubrimos de lunes a sábados que son los días que nos autoriza la empresa. Él (refiriéndose al agresor), se quejaba constantemente de tener que cuidarla los domingos,  porque es una persona que le gusta salir y «hacer junta» entonces culpaba a su madre de tener que quedarse con ella», inició la denunciante quien aseguró que «el calvario era los días lunes».
«Ella me contaba que él hacia junta en la casa, que no la atendía y estaba acostada casi todo el día. Siempre le dije que la tratara bien, yo sólo lo miraba y le hacía saber que su madre tenía 85 años, camina con un andador y es una mujer hipertensa, que no le gritara y él siempre diciendo que yo la consentía», agregó la joven profesional.
El pasado lunes, Alejandra llegó a la casa como todas las mañanas y encontró a la abuela con un golpe en el rostro. «Le pregunté que le había pasado y me dijo que se había golpeado con la puerta del baño. El mueble también estaba roto entonces le pregunté que había pasado y levantando las cejas me hizo seña de que había sido su hijo.  Yo dejé todo asentado en el informe. Después ella me confesó que él le había pegado tres trompadas, una en el rostro y dos en la cabeza. ‘Se puso loco porque estaba tomado’, me dijo».
Alejandra denunció al hombre luego de que ambos mantuvieran una fuerte discusión. «El estaba de vacaciones y se quejaba de no poder salir y habíamos quedado en que yo cuidaba a Teresa pero de todos modos el estaba en la casa, sólo para tratar mal a su madre». «Saqué a caminar con su andador a Teresa apenas unos metros por la Avenida y el comenzó a gritarle que le pusiera ganas que se apurara, etcétera entonces yo le dije basta, ahí me empezó a gritar y me seguía por la casa.  Llamé a la empresa y a la policía y me fui», contó la mujer angustiada.
«No se que va a pasar con mi trabajo, aún no me han notificado nada pero no me importa perderlo. No me arrepiento de denunciarlo, no voy a ser cómplice de eso. Si ese hombre se va de la casa yo no tengo problema en volver a cuidar a Teresa, ella me decía que no la dejara sola y yo me fui llorando. Espero que la Justicia no se quede de brazos cruzados», culminó.
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